viernes, 15 de abril de 2011

Las ilusiones ópticas de FELICE VARINI


La Anamorfosis o pinturas anamórficas, son aquellas que pueden ser vistas exclusivamente desde un punto, y que, si las miras de diferentes ángulos, sólo verás pintadas deformes y sin sentido.


Basadas posiblemente en la Quadratura barroca, crean sensación de profundidad en espacios planos y viceversa, haciendo que los ojos del espectador se vean engañados por una ilusión creada por el artista. Un ejemplo de pintura anamórfica en la que se crea una sensación de profundidad en espacios planos, ya lo vimos con Julian Beever, hoy traigo todo lo contrario, ilusión plana en un espacio tridimensional.

Felice Varini, un Suizo afincado en Paris de 59 años, utiliza espacios urbanos e interiores para convertirlos en formas geométricas planas, trozos de pintura dispersos por el entorno,mirados desde un punto en concreto, se convierten en formas geométricas perfectas que interactuan con su espacio para crear una sensación tridimensional única.

Desconozco la técnica que utiliza, pero el resultado es impresionante.

























Mi campo de acción es el espacio arquitectónico y todo lo que constituye dicho espacio. Estos espacios son el soporte original de mi pintura. Trabajo in situ cada vez en un espacio diferente y mi trabajo se desarrolla en relación con los espacios que encuentro.
Generalmente vago a través del espacio observando su arquitectura, materiales, historia y función. A partir de esa información espacial y en referencia al último trabajo que he producido, identifico un punto de vista especialmente favorable desde el cual mi intervención toma forma.
El punto de vista es cuidadosamente escogido: está generalmente situado a la altura de mis ojos y ubicado dentro de un trayecto inevitable, por ejemplo una abertura entre un cuarto y otro, un punto de llegada… Sin embargo, no hago de esto una regla, no por todos los espacios pasa sistemáticamente una línea evidente.
A menudo es una elección arbitraria. El punto de vista funcionará como un punto de lectura, o sea, como un punto de arranque potencial en la aproximación a la pintura del espacio.
La forma a pintar logra su coherencia cuando el observador está en ese punto de vista. Cuando se mueve fuera de él, el trabajo se funde con el espacio generando infinitos puntos de vista en la forma. No es, por lo tanto, desde el punto de vista original que veo el trabajo exitoso, sino en el conjunto de puntos de vista que el observador puede adoptar frente a él.

  Felice Varini 





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